En esta entrada tenemos como invitado a Alex, que nos habla desde su experiencia de cómo superar una ruptura y que esto nos ayude a crecer y evolucionar como personas. Estamos muy de acuerdo con él en el enfoque y creemos también que acabar una relación te puede enseñar tanto como la relación en si, además es una prueba enorme para medir tu nivel de consciencia.
¡A disfrutar de las rupturas!
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Cuando era un adolescente, mi meta principal en la vida era conseguir pareja. Dediqué muchísimo tiempo y esfuerzo a estudiar sobre seducción, comunicación, relaciones, psicología… También cambié mi físico, superé mi timidez y mejoré en muchos aspectos.
En el proceso me hice adicto a la mejora personal y empecé mi propio camino de autosuperación, en ese momento sabía que todos los cambios que estaba produciendo los llevaba a cabo para encontrar el amor.
Y es que las relaciones de pareja pueden ser una parte maravillosa de la vida si sabemos llevarlas adecuadamente. Si sigues el trabajo de Francisco y Diana, habrás oído hablar de las relaciones conscientes y de cómo pueden acercarte a ser la mejor versión de ti mismo.
Sin embargo, el amor también puede ser una de las partes más dolorosas y frustrantes de nuestra existencia si no acaba bien.
Cuando una relación termina, solemos sentirnos perdidos, tristes, desilusionados, y puede que nos cueste empezar una nueva vida en solitario; creemos que nuestra única opción es soportar el dolor y seguir adelante a pesar de él.
Si eres tan “hiperromántico” como yo lo he sido en alguna ocasión, puede que hayas pasado meses o incluso años sin ser capaz de avanzar y superar una ruptura especialmente dolorosa.
Hace poco finalizó una relación muy importante para mi. No te voy a mentir; no es algo agradable perder a alguien que te importa. Pero esta vez, para evitar pasarme años rumiando sobre esta ruptura sin acabar de superarlo del todo, he decidido hacer todo lo que esté en mi mano para recuperarme activamente.
En este post quiero compartir contigo todo lo que he ido descubriendo, con la esperanza de que te ayude si alguna vez te encuentras en una situación similar. ¡Vamos a ello!
Cambiando el enfoque
Según la psicología, uno de los factores más importantes para sentirnos bien con nosotros mismos es tener sensación de control; es decir, creer que nuestras acciones influyen en gran medida sobre el mundo que nos rodea. En casi todas las áreas de la vida podemos aceptar que esto es así. Por ejemplo, si quieres ponerte en forma, no tienes más que comer sano y hacer ejercicio: está casi al 100% dentro de nuestro área de influencia.
Sin embargo, en el mundo de las relaciones las cosas se complican bastante. No sólo influyen nuestras acciones, expectativas, emociones… sino que tenemos que tener en cuenta las de la otra persona. Y aunque podemos influir en nuestra pareja de alguna manera, si la otra persona decide que no quiere continuar con la relación, no hay mucho más que podamos hacer.
En mis anteriores relaciones, cuando por fin aceptaba que mi pareja no iba a volver (y no siempre era fácil asumirlo, he hecho mucho el tonto tratando de reconquistar a mis ex), me quedaba con una sensación de vacío y de impotencia.
En la que fue mi ruptura más dolorosa hasta la fecha, estuve meses preguntándome qué había podido pasar, y lamentándome por no haber hecho más para mantener a mi ex a mi lado. A la vez, intentaba evadirme de estas emociones “negativas” y me auto torturaba por no ser capaz de sentirme mejor.
De esta forma, ocurrían varias cosas:
No lo terminaba de superar.
No aprendía nada y volvía a cometer los mismos errores en mi siguiente relación.
Aumentaba mi sufrimiento de forma innecesaria.
Me sentía cada vez más frustrado.
Esta vez, sin embargo, estoy descubriendo que se pueden hacer las cosas de otra manera. Hay muchas acciones que podemos emprender y que controlamos totalmente, a pesar de no haber elegido finalizar la relación. Veamos algunas de ellas.
UTILIZA LA RUPTURA PARA MEJORAR
La mayoría asumimos que una pérdida (la muerte de un ser querido, el fin de una relación de pareja…) es algo que tenemos que soportar. Y aunque es cierto que este tipo de situaciones son inevitables, pensar así nos pone en el papel de víctimas, y nos puede dejar una cicatriz que nunca acabe de curarse del todo.
El desamor es una de las emociones más dolorosas que podemos experimentar
Sin embargo, ¿qué pasaría si empleásemos una situación tan dura como es el fin de una relación amorosa para avanzar hacia la vida que queremos? En su libro “Psicología Del Éxito (Dinámicas sociales)” Mario Luna nos dice que en general, cuando tu pareja no quiere seguir contigo es porque tú has dejado de quererte antes.
En la sociedad en la que vivimos, muchos nos sentimos perdidos, tristes, y no nos gusta nuestra vida, y usamos el amor como válvula de escape. Nos han hecho creer que somos media naranja y que tenemos que encontrar a la otra mitad.
Una ruptura de pareja es un momento excelente para plantearte lo que realmente quieres, reconectar con tus valores y lo que es importante para ti, salir de tu zona de comfort y mejorar como persona.
Si aprendes a aprovechar la magnífica oportunidad de desarrollo que se tepresenta, estarás recuperando tu poder personal y utilizando la ruptura a tu favor. En resumen: decide si esta ruptura es algo que te ha pasado a ti, o para ti.
ENCONTRANDO TUS PATRONES SUMERGIDOS
¿Alguna vez has pensado que siempre se repiten las mismas situaciones en tu vida? Desde hace años tengo la sensación de que siempre cometo los mismos errores, y que mis relaciones acaban por motivos similares.
Pues bien, según Katherine Woodward Thomas, autora de Conscious Uncoupling: The 5 Steps to Living Happily Even After (English Edition), esto tiene una explicación. Según ella, cuando entramos en una relación estamos repitiendo sin darnos cuenta los patrones de conducta que aprendimos en nuestras primeras relaciones importantes (con nuestros padres, con los amigos de la infancia, nuestras primeras parejas…).
Por ejemplo, si cuando eras niño tu padre te abandonó, puede que te dijeras a ti mismo cosas como “nadie me va a querer nunca”, “estoy solo”, “no merezco que me quieran”…
Estas creencias que adquirimos al principio de nuestra vida pueden quedarse ocultas en nuestro subconsciente, y determinar cómo nos relacionamos cuando somos adultos; hasta que no nos libremos de los miedos que nos producen no seremos capaces de tener una relación plena y satisfactoria.
Si crees que todo el mundo va a abandonarte, por ejemplo, es muy probable que no te abras totalmente y provoques que los demás se alejen de ti debido a tu comportamiento. En psicología, esto se conoce como efecto Pigmalión o profecía autocumplida.
Pero esto no significa que estemos condenados a repetir siempre nuestros errores. Si decides usar tu ruptura para mejorar, puedes seguir estos pasos:
Identifica lo que estás sintiendo. Sólo con ponerle un nombre a nuestras emociones, éstas pierden parte de su poder, y podemos examinarlas con más calma. Acéptalas y date cuenta de que están ahí, no trates de huir de ellas. En el mundo psicológico tratar de escapar de algo sólo hace que se vuelva más fuerte.
Busca los pensamientos que las están causando. En general, las emociones están provocadas por lo que nos decimos a nosotros mismos. Si prestas atención a tu discurso interno, descubrirás que te estás diciendo cosas como “Esto es horrible”, “No me voy a recuperar”, “Nunca voy a volver a enamorarme”, “El amor no merece la pena”… Estos pensamientos no sólo no te ayudan sino que añadirán sufrimiento innecesario al dolor inevitable que todos experimentamos tras una ruptura.
Identifica las creencias irracionales que tienes sobre el amor, las relaciones de pareja o sobre ti mismo. Puede que te estés diciendo cosas como “He nacido para estar solo”, “Todo el mundo me abandona”… El objetivo es que encuentres las ideas que mantienes sobre la realidad que te llevan a caer una y otra vez en los mismos comportamientos autodestructivos.
Date cuenta de que estos pensamientos no son la realidad. Si en vez de pensar “Soy despreciable y no merezco que me quieran” te dijeras “Soy un plátano”, ¿te sentirías igual de mal? Pues ambos pensamientos son en realidad lo mismo: palabras que pasan por tu mente. En la terapia de aceptación y compromiso, darte cuenta de que los pensamientos no son la realidad se llama defusión del pensamiento.
Una técnica muy simple que puedes usar para separarte de tus pensamientos es darle las gracias a tu mente. Si ves que un pensamiento o creencia te produce dolor, puedes decirte “Muchas gracias, mente. Ahora voy a seguir con lo mío”. Si lo haces bien, verás cómo la intensidad de tu malestar disminuye.
Por supuesto, de nada nos sirve reducir nuestro dolor presente si en el futuro volvemos a cometer los mismos errores. El siguiente paso, entonces, es tomar acción para no volver a tropezarnos con la misma piedra.
COMPROMÉTETE A CAMBIAR
Si quieres evitar volver a cometer los mismos errores en el futuro, hay dos elementos que tienes que cambiar: tus creencias irracionales, y tus comportamientos autofrustrantes.
En un plano más filosófico, para estar en paz contigo mismo y ser capaz de tener relaciones satisfactorias primero tienes que cambiar tus creencias irracionales (ideas sobre la realidad que no son ciertas ni potenciadoras). La psicología cognitiva te proponetres pasos:
Buscar el bienestar en uno mismo → El primero es darte cuenta de ya tienes todo lo que necesitas para estar bien. No te hace falta ni una pareja, ni vivir aventuras, ni amor romántico: todas estas cosas son placenteras, pero la auténtica felicidad viene de dentro, de ti mismo. Ya eres la naranja entera.
Practicar la renuncia → Si eres capaz de aceptar el punto anterior, te darás cuenta de que todas las exigencias que tenemos (“la gente debería tratarme bien”, “tengo que conseguir una pareja o seré un desgraciado”) son falsas. Por tanto, podemos aprender a renunciar a ellas. Si lo conseguimos, pasaremos de necesitarlas a desearlas, lo que nos devolverá el poder sobre nuestra propia felicidad.
Disfrutar del presente → Una vez que llegamos a este paso, si lo hemos hecho bien, seremos capaces de apreciar el mundo que nos rodea. En cualquier momento la vida está llena de oportunidades de disfrutar y de crecer como persona, no importan las circunstancias.
Una vez trabajado el plano psicológico, es igual de importante que te comprometas a adquirir nuevas habilidades para tus futuras relaciones de pareja. En cualquier ruptura, las dos personas tienen parte de la responsabilidad. Incluso si tu ex te ha tratado a patadas, se ha ido con otro, te ha robado el coche y te ha quemado la casa… Es decir, aunque se haya comportado horriblemente mal, centrarte en lo injusta que ha sido la situación y lo mal que te han tratado te va a poner en el papel de víctima.
Esto, que puede evitarle un revés a tu autoestima a corto plazo, va a impedir que aprendas de cara a futuras relaciones. Te propongo lo contrario: incluso si crees que sólo has tenido un 1% de la responsabilidad en la ruptura, ¡céntrate en mejorar ese 1%! Puede que no te hayas comunicado todo lo bien que te gustaría, o que tengas que trabajar más la asertividad o el expresar tus deseos. En cualquier caso, si examinas tu comportamiento y decides mejorar dejarás de sentirte como una víctima y conseguirás recuperar tu sensación de control.
CREA UNA NUEVA RUTINA
Cuando rompemos una relación importante, es muy normal sentirnos perdidos y apáticos por un tiempo. Esto se debe a que gran parte de nuestro día a día estaba dedicado a esa relación, y por tanto nos encontramos de repente con una gran cantidad de tiempo libre y con un vacío en nuestra rutina.
Pero esto, que asusta al principio, es completamente normal. Como te he dicho antes, resistirte a estas emociones de pena, soledad… sólo va a hacer que se vuelvan más fuertes. Así que tu trabajo ahora mismo es aceptar que van a estar ahí un tiempo, y decidir que vas a empezar a construir tu nueva vida a pesar de ellas.
Aunque te falten la motivación o las ganas, la idea es que dentro de un año puedas mirar atrás hacia este punto en el que te encuentras, y sonrías con orgullo por haber empezado a trabajar en tus sueños. Si te lo tomas así, una ruptura puede ser una oportunidad magnífica para empezar a crear una vida de la que no necesites que nadie te rescate.
Puede que la situación por la que estás pasando sea la oportunidad que necesitabas
CERRAR EL CAPÍTULO DE LA MEJOR MANERA
Una de las cosas que más me ha fastidiado siempre de terminar una relación amorosa es quedarme con una sensación amarga. Si has compartido con otra persona un tiempo importante de tu vida, os habéis querido y os habéis aportado cosas mutuamente… ¿Qué sentido tiene terminar con rencor o enfado?
Es cierto que en la mayoría de los casos es recomendable no mantener el contacto durante cierto tiempo (según los psicólogos, entre seis meses y un año), pero más adelante, ¿qué te impide crear una relación de amistad con alguien que ha sido tan importante para ti? Cuando ya no duela, ¿no sería maravilloso poder volver a aportaros cosas positivas el uno al otro?
El problema es que al finalizar una relación, en general se generan rencores que no hacen posible esa futura amistad. Y cuando ya has superado la ruptura, miras hacia atrás y toda vuestra historia está teñida de amargura o enfado.
Además, si te quedas con esta sensación de “he perdido el tiempo” o “ha sido un error”, notarás cómo disminuye tu autoestima. Al fin y al cabo, te estarás diciendo a ti mismo que has estado equivocándote una y otra vez durante todo el tiempo que haya durado la relación.
Pues bien, el desamor puede ser también un momento perfecto para practicar el perdón y la humildad. Podemos darnos cuenta de que cuando nos dañan, en general es porque la otra persona está o bien confundida, o mal a nivel emocional. Y por tanto, no sirve de nada mantener un enfado o alimentar el rencor.
Si eres capaz de darte cuenta que nadie es perfecto y perdonas a tu ex pareja, te darás cuenta de que:
Te sientes mejor contigo mismo.
Recuerdas la historia de forma más equilibrada, sin excesiva carga emocional.
Será más fácil que retomes contacto con ella en el futuro, si es lo que quieres.
Por supuesto, perdonar no significa que tengas que darle otra oportunidad a la otra persona, ni que olvides el daño que te haya hecho. Simplemente, eliges cerrar este capítulo de tu vida de la mejor manera posible, y empezar tu nueva vida libre de cargas emocionales innecesarias.
Si quieres saber más sobre cómo usar una ruptura para llevar tu vida al siguiente nivel, te recomiendo dos libros:
Seguro que en algún momento de tu vida te has visto envuelto en una relación tormentosa, o al menos una que suponía un desafío para tu desarrollo personal. Una relación de estas que te lleva el límite, que por momentos te hace perder el control.
1 comentario en “Cómo superar una ruptura amorosa”
Mil gracias, por el aporte, son de gran ayuda